Me recibí de Médica Veterinaria en la Universidad de Buenos Aires (Argentina), en 1989. Durante diez años, ejercí la Medicina Clínica y conduje mi consultorio de atención de pequeños animales llamado “El pasaje”. Resultó ser un pasaje hacia otra especialidad.
A partir de mi interés por los idiomas y por la comunicación, decidí enriquecer mi camino y dedicarme a la traducción técnico-científica. Me formé en esta nueva área y, desde 1999, me he especializado en la Traducción médica y veterinaria (escrita) y en la Interpretación simultánea (oral) de conferencias.
Pude unir mi experiencia y mis conocimientos de Medicina Veterinaria con la pasión por mediar en la transmisión del mensaje entre los profesionales.
Más recientemente continué mi formación en el área de la Corrección y Edición de textos.
Traducir no es un proceso automático de pasar un texto de un idioma a otro. Es necesario comprender el mensaje que se quiere transmitir y lograr expresarlo en el nuevo idioma. De alguna manera, es una asimilación seguida de una reconstrucción. Nada mejor que un Médico Veterinario especializado en traducción para verificar que el mensaje científico ha sido respetado y retransmitido sin alteraciones.
Dada la inmediatez y velocidad de la interpretación simultánea, resulta ideal para el oyente escuchar la traducción en la jerga apropiada de la especialidad. Comprender de qué se trata la disertación marca una verdadera diferencia.
El profesional experto en su área médica no siempre está dispuesto a sentarse a escribir un trabajo (falta de tiempo, de entrenamiento), y menos le puede dedicar atención a los detalles ortotipográficos de su texto. Un corrector pone el foco en este aspecto para que el escrito se luzca, facilitar la lectura y contribuir a la interpretación correcta del mensaje. Este proceso permite depurar y realzar el texto.
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